“Es hora de pasar de las ideas sobre economía de impacto a los hechos”, decía nuestra presidenta, Ainhoa Grandes, en la entrevista #ImpactAdventurer que publicamos el pasado martes. ¿Qué significa pasar a la práctica? ¿Cómo se está estructurando esta transformación en el sí de las organizaciones? ¿Cómo están cambiando los modelos económicos y sociales para construir esta economía de impacto real? Sobre todo esto hablaremos en el próximo S2B Impact Forum, que tendrá lugar entre el 24 y 26 de noviembre.
Como introducción al Congreso, aprovechamos este #ImpactAnalysis para poner en contexto y desgranar qué buscamos al analizar “la transformación hacia una economía de impacto real”. En los últimos años, la sociedad, en general, y el mundo económico y financiero, en particular, han tomado consciencia de los límites del sistema capitalista y de la necesidad de renovar sus bases: el cambio climático, la desigualdad social, la accesibilidad universal a derechos básicos como la salud, la educación o la movilidad, entre otros, ponen de manifiesto la necesidad de equilibrar la búsqueda del beneficio económico con la solución a estos retos. Y en este contexto, aparece un concepto que debe estructurar este nuevo sistema: la Economía de Impacto.
¿Qué es Economía de Impacto?
Según McKinsey & Company, es aquella en la que las instituciones e individuos dan el mismo nivel de importancia tanto al impacto social como al financiero a la hora de distribuir recursos. Por tanto, en una Economía de Impacto:
- Las empresas y emprendedores buscan optimizar el trinomio rentabilidad, riesgo e impacto y se dotan de una misión para contribuir a resolver retos sociales o medioambientales relevantes, y hacerlo desde su mismo modelo de negocio y estrategia
- Los inversores buscan un retorno social y medioambiental intencionado y medible a la par que una rentabilidad financiera, y como tal gestionan sus inversiones, presionando para conseguir ese impacto
- El Tercer Sector se moderniza, desarrolla estrategias más sofisticadas para financiarse, recurriendo a modelos de negocio sostenibles o cuidando el valor que ofrece a aquellos que donan su dinero o su tiempo
- Los consumidores y el talento toman decisiones teniendo en cuenta el impacto de estas y, por lo tanto, demandan información transparente y comparable sobre las actividades de las empresas, y valoran aquellas que defienden una causa o misión
- Y las administraciones públicas incentivan esa transformación en los distintos actores de la economía, y generan un marco legal, tributario y político favorable.
La teoría está clara: entre todos debemos cambiar el modelo para poner al mismo nivel la rentabilidad económica y el impacto social y medioambiental generado por nuestra actividad y conseguir así un mundo mejor en el que vivir. ¿Cómo se traduce esto a la práctica?
Inversión
Una parte de la respuesta, quizás la parte más directa y tangible, es en un aumento de la inversión. El sector de la inversión de impacto ha crecido de manera exponencial en todo el mundo en los últimos años, hasta alcanzar los 715.000 millones de dólares en 2019, según datos del GIIN -último año de los que presenta datos hasta ahora-. Bajando esos números a España, el último informe de SpainNAB reflejaba que la inversión de los fondos de impacto se había incrementado un 34% en 2020, llegando a los 536 millones. No obstante, en este informe, ya incluía otro tipo de actores dentro de este sector -como la banca ética, las fundaciones, las aseguradoras y los fondos de pensiones-, lo que reflejaba un total de 2.378 millones de activos bajo gestión en 2020.
Estrategias y modelos de negocio
Además de la inversión, otra parte, la aproximación más experiencial, es la que abordaremos en el próximo S2B Impact Forum. “En esta octava edición, queremos entender qué dificultades entraña este cambio de lógica. La apuesta por el impacto es mucho más que cumplir con los ODS o publicar indicadores ESG. Implica afrontar transformaciones profundas, que no necesariamente son fáciles. Implica cuestionar modelos de negocio, estrategias y culturas organizativas, repensar cómo definimos el éxito y cómo lo medimos, valorar en base a qué tomamos decisiones”, explica Clara Navarro, nuestra cofundadora y directora general.
Medición y gestión de impacto
Precisamente esa última parte, la medición y la gestión del impacto, volverá a tomar protagonismo, como ya lo hizo en la última edición, cuando se puso de manifiesto la necesidad de una “contabilidad de impacto” que equipare estos parámetros a los económicos, que lo sitúe todo al mismo nivel. “En este salto a la acción, es importante consensuar un lenguaje común para esa medición y gestión de impacto, que todos hablemos el mismo idioma y podamos generar estándares, de la misma manera que se generaron los económicos, para poder comparar y ver evoluciones en estas áreas”, remarca Navarro, quien recuerda que, en este sentido, se acaba de publicar el informe de la Cátedra Impacto Social de la Universidad Pontifica de Comillas. En las conclusiones de este informe se insiste en el tema: “La rapidez con la que ha evolucionado y crecido este ecosistema [de impacto] es prometedora, aun así, solo se han puesto sus cimientos y queda mucho por construir. Se necesita que de manera continua más organizaciones entren a formar parte de esta industria porque la salud del planeta y su población dependen de ello. Esto ocurrirá cuando las normas (prácticas, políticas, principios y estándares) sean ampliamente aceptadas, consistentes y estables, tal y como ocurre con las que rigen el sistema financiero. […] El verdadero estallido se conseguirá cuando instituciones e individuos den la misma prioridad al impacto social y al impacto financiero al tomar decisiones sobre cómo asignar los recursos”.
VIII S2B Impact Forum
En este contexto, las decisiones, las inversiones y los proyectos impulsados por el impacto impregnan todas las partes de la economía, la regulación y la sociedad. ¿Son las mutaciones de los modelos económicos y sociales las que conducen a una mayor inversión y conciencia de impacto o son las sociedades, empresas e instituciones públicas más conscientes del impacto las que conducen a transformaciones estructurales? “No hay una respuesta directa y depende de los sectores, los actores y la zona geográfica, y esto es algo que veremos durante el próximo S2B Impacto Forum. Pero al final, el impacto real va de la mano de una profunda transformación de nuestros modelos de negocio y de sociedad. El impacto alimenta las mutaciones estructurales tanto como estas mutaciones son necesarias para impulsar el impacto real”, remarca Navarro.
Y durante el VIII S2B Impact Forum debatiremos y veremos ejemplos de esa transformación real en tres jornadas divididas por:
- Miércoles, 24 de noviembre: Empresas y Startups
- Jueves, 25 de noviembre: Facilitadores de la transformación
- Viernes, 26 de noviembre: Inversores y CEOS de grandes compañías
Podéis encontrar todos los detalles de la agenda aquí: