Ship2B ha cumplido recientemente cuatro años de vida, un período corto o largo según se mire. Hemos crecido mucho pero también nos hemos equivocado mucho. Hemos evaluado más de 1.000 proyectos, hemos trabajado intensamente con más de 100, hemos creado una red de inversores de impacto con más de 500 miembros y hemos cerrado 12 rondas de financiación. Hemos aprendido en el camino y hemos pivotado nuestro modelo varias veces. Y hemos aprendido también mucho sobre el Impact Investing en España ¿Cuáles son algunos de estos aprendizajes?
1. La definición de emprendimiento social e inversión de impacto es un animal que siempre encuentra la manera de escapar de la jaula.
Son muchas las escuelas de pensamiento con definiciones propias y estamos lejos aún de un consenso internacional. De momento, en lo único que todo el mundo está de acuerdo es en la ?intencionalidad? o ?propósito? social que deben tener todos estos proyectos. A pesar de ser un asunto subjetivo, una mirada a los ojos y dos minutos de conversación suelen revelar si esta intención es real o ficticia.
2. Economía Social ? Emprendimiento Social
Cada vez se hace más patente la diferencia entre la economía social (cooperativas, asociaciones, fundaciones) y el nuevo emprendimiento social de corte más mercantil y con ánimo de lucro. El primero es más ?puro y auténtico? pero tiene muchas dificultades para levantar financiación y escalar su impacto. El segundo es más ?debatible? (por tanto, es clave la medición del impacto) pero más atractivo para los inversores que ven más claro su retorno en términos financieros.
3. Ser o no ser…
Existen muchos emprendedores que no saben que son sociales pero que tienen la sensibilidad así como proyectos con gran potencial de impacto social. Cuando conocen el concepto, y con un apoyo adecuado, pueden convertirse en emprendedores sociales en toda regla aunque no fuera su idea inicial. Hay algunos farsantes que lo hacen por conveniencia pero otros que se lo creen de corazón.
4. El dilema del emprendedor social
La correlación entre la rentabilidad financiera y el impacto social es un tema complejo que funciona en ambos sentidos: a veces cuánto más negocio generas más impacto social consigues, a veces uno debe sacrificar retorno por impacto social, muchas veces las dos cosas suceden a la vez en la misma empresa. Cristóbal Colón lo explica muy bien: ?cuántos más yogures vendo, menos problemas de discapacidad en mi zona; pero a veces tengo que decidir entre invertir en una cuba de leche o en un orientador profesional?.
5. La filantropía sigue jugando un papel protagonista
No todos los problemas sociales se pueden solucionar con modelos de negocio, a menudo hace falta soluciones híbridas entre ?fórmulas filantrópicas/públicas? y ?formas mercantiles?. Estos ?proyectos híbridos? son aún vírgenes en España, a diferencia de otros países.
6. Impacto vs Social
Los proyectos ?Impact First? donde el inversor hace un sacrificio de rentabilidad o riesgo a cambio de impacto social son interpretados y asimilados en España a la ?filantropía?. El espacio que se encuentra entre la filantropía y la inversión de mercado aún no se comprende bien en España. La palabra ?social? está desacreditada para el inversor profesional, en cambio, la palabra ?impacto? tiene un futuro prometedor.
7. No es verdad que la inversión de impacto no pueda ser muy rentable.
Las plataformas digitales colaborativas están permitiendo el surgimiento de muchos modelos en sectores sociales que pueden generar altas rentabilidades y gran impacto, pero son modelos muy binarios y con alta probabilidad de fracaso, ?the winner takes it all?. Por otro lado, la ola de disrupción tecnológica que estamos viviendo en inteligencia artificial, realidad virtual, robótica, biotecnología, nanotecnología, etc. está permitiendo modelos en sectores como la salud, la educación o el medio ambiente con altas expectativas de rentabilidad y de impacto social, pero también alto riesgo.
8. La travesía del desierto
La supervivencia de un proyecto en sus fases iniciales es lo más difícil de conseguir. Muchos proyectos se rompen en sus inicios por discrepancias en el equipo, porque se quedan sin recursos, porque priorizan la parte social sin tener en cuenta la financiera, etc. Las primeras fases son una auténtica travesía en el desierto, un período bastante más largo de las estimaciones iniciales de los emprendedores, y donde solo los más audaces y los mejor protegidos son capaces de llegar a puerto.
9. ¿Cuál es la línea roja del Impact Investing?
Existe un riesgo real que el ?Impact Investing? acabe invirtiendo en empresas más seguras en donde también entren los fondos y entidades financieras de mercado, esto puede ser bueno porque genera mejor ?track record? para la inversión de impacto, pero hay que plantearse si verdaderamente se genera un impacto real, algunos críticos cuestionan que si no existe ?adicionalidad? al mercado, no existe realmente impacto social. A veces, sin embargo, esta adicionalidad cuesta concretarla a nivel práctico y surgen ?zonas grises?.
10. El desafío: Medir el impacto social
La evaluación del impacto social es el gran tema por resolver. Existe un gran esfuerzo internacional para generar estándares y comparables que permitan consolidar la inversión de impacto como un nuevo activo de las carteras patrimoniales. A nivel práctico, sin embargo, la realidad es que a los proyectos les cuesta evaluar su impacto por falta de recursos y porque tienen otras urgencias que apremian más. Existe un equilibrio a conseguir entre hacer una ?evaluación precisa? y ?encontrar el tiempo y los recursos necesarios?. Muchas veces con una tabla con pocos indicadores suele ser suficiente para empezar.
Desde Ship2B seguiremos aprendiendo y compartiendo todas estas lecciones con vosotros.
Xavier Pont, cofundador de Ship2B