La misión de ITWILLBE es contribuir a resolver retos de desigualdad que enfrentan entidades sociales, combinando su saber hacer con el poder de la innovación y la tecnología. La ONG utiliza nuevas tecnologías para llevar a cabo sus proyectos de cooperación, colaborando con contrapartes locales para abordar problemas sociales y de pobreza.
El proyecto que ha sido reconocida con el premio Impact Philanthropy en los Ship2B Impact Awards 2024, destacándose como una entidad social innovadora de referencia, es considerado una referencia por los siguientes motivos:
Uso de tecnología avanzada: Su enfoque en el uso de biometría y blockchain para mejorar la identificación de beneficiarios y la gestión de donaciones establece un nuevo estándar en el sector de ONGs.
Modelo colaborativo: Desarrolla herramientas e colaboración con otras ONGs, asegurando que sean adaptadas a las necesidades específicas del sector.
Compromiso con la transparencia: Utiliza tecnologías que permiten a los stakeholders conocer el impacto de sus contribuciones en tiempo real, aumentando la confianza en las organizaciones sociales.
Para conocer un poco más del proyecto y de la situación actual del sector, hemos hablado con su CEO, Celia Roca:
¿Podrías contarnos sobre los inicios de ITWILLBE?
ITWILLBE nació buscando ayudar a organizaciones locales (en India en un inicio) a mejorar y maximizar el impacto de sus intervenciones. Para ello, durante los primeros años de la organización, nuestro apoyo era técnico y económico. Ha sido gracias a todo lo que hemos aprendido durante años de trabajo y de experiencia en este sector y, sobre todo, en terreno, que ITWILLBE se ha convertido en lo que conocemos ahora.
Al darnos cuenta de que la tecnología se convertía en la herramienta fundamental en cualquier área de trabajo, pero no en el sector social, vimos que existía un espacio que debía ser cubierto. Un sector que trabaja para acabar con los grandes problemas sociales y que tiene una enorme deficiencia de recursos, debe y necesita usar tecnología en esa lucha. Es así como desde ITWILLBE empezamos a enfocar nuestro trabajo, hace ya diez años, hacia la innovación tecnológica aplicada a lo social.
«La tecnología se convertía en la herramienta fundamental en cualquier área de trabajo, pero no en el sector social»
Uno de sus pilares es el uso de tecnología para generar impacto. ¿Cómo integráis herramientas tecnológicas en vuestros proyectos?
Lo que hacemos desde ITWILLBE es sencillamente utilizar tecnología para mejorar el funcionamiento de proyectos sociales. Pero lo hacemos desde el sector y para el sector, teniendo en cuenta las particularidades, capacidades y necesidades de un sector como el social, que solo conoces en profundidad si estás dentro. Por ello, el que ITWILLBE sea una ONG trabajando en proyectos de cooperación al desarrollo de la mano de entidades sociales locales desde hace más de 16 años, nos ha permitido adquirir una serie de experiencias y aprendizajes esenciales para poder hacer un uso de tecnología consciente que realmente genere impacto.
¿Cómo funcionamos? Desde el equipo de ITWILLBE detectamos o nos llegan necesidades en proyectos sociales, en su mayoría en países del Sur Global (o con impacto final en ellos). Nosotras analizamos si la solución a esos retos pasa por el uso de alguna herramienta tecnológica, y si es así nos ponemos a trabajar en ello. Siempre primero buscando si ya existen herramientas en el mercado que puedan servir, ya que no tiene ningún sentido ponernos a desarrollar algo que ya existe. Pero si no lo hay, nos ponemos entonces a trabajar en el diseño y desarrollo de esa herramienta nueva siempre de la mano de la ONG con esa necesidad y si es posible involucrando a otras que la compartan.
De esta manera, acompañamos a otras entidades sociales desde el diseño, el desarrollo hasta la implementación de esa tecnología en sus proyectos de intervención.
ITWILLBE ha sido reconocida con el premio Impact Philanthropy en los Ship2B Impact Awards 2024, destacándose como una entidad social innovadora de referencia. ¿Qué significa para vosotras recibir este reconocimiento?
Para nosotras, un reconocimiento como este significa confirmar que el trabajo que hacemos sigue teniendo sentido. Hay momentos en los que por las dificultades que nos vamos encontrando en el camino surgen dudas, te cuestionas lo que haces, cómo lo haces… Pero saber que hay entidades como Ship2B, que nos conoce y nos ha acompañado desde hace años, que valora el trabajo hecho desde ITWILLBE a lo largo de todos estos años, nos impulsa a seguir luchando. Para nosotras es importante no desviarnos y existir porque realmente aportemos un valor; pero hacerlo de la mano de otras organizaciones y entidades como vosotros, es fundamental.
Sabemos que el camino no ha sido fácil. ¿Podrías compartir cuáles han sido los mayores retos que habéis enfrentado y cómo los habéis superado?
Ser quien abre el camino nunca es fácil. Cuando ya en 2015 en ITWILLBE empezamos a trabajar en proyectos de I+D+i social, la primera respuesta del sector fue de miedo y ciertas reticencias. Por ello, esos años siguientes seguimos sin apenas apoyo, pero estando convencidas de que era lo que debíamos hacer. Más tarde hubo una empresa que apostó por nosotras y por el proyecto en el que estábamos trabajando, PPa (herramienta para dotar de identidad digital a personas no documentadas) y a partir de ahí se sucedieron más y más colaboraciones. Pero ese siempre ha sido el reto, ser capaces, siendo una organización pequeña, de generar esas alianzas y esos apoyos para poder sacar adelante y escalar proyectos respaldados y aplaudidos por el sector y, sobre todo, por las ONGs usuarias.
«El reto ha sido siempre ser capaces de generar alianzas y apoyos para poder sacar adelante y escalar proyectos respaldados y aplaudidos por el sector»
¿Hay alguna experiencia concreta que os haya marcado especialmente?
Lo que más nos ha marcado en positivo a lo largo de estos años, es ver cómo a las ONGs usuarias les cambia de verdad su forma de trabajar y en consecuencia mejoran la vida de a cuantos ayudan. Ver de primera mano la utilidad de lo que hacemos, es sin duda lo más gratificante y lo que hace que todo esto tenga sentido.
Por ejemplo, ver las primeras pruebas de la herramienta PPa en India y Senegal, registrando y reconociendo a niños en situación de calle; Ayudar a las artesanas de nuestro taller en India a escribir sus nombres en las etiquetas de las prendas confeccionadas para su trazabilidad; O el agradecimiento de los miembros de una cooperativa en Perú por haber encontrado una herramienta a tiempo para poder seguir comercializando su cacao en Europa.
Como una ONG que trabaja en cooperación al desarrollo, buscando soluciones a grandes retos sociales en países en vías de desarrollo, ¿cuáles consideras que son las claves fundamentales para generar cambios sistémicos y sostenibles en contextos tan complejos?
La clave siempre es la colaboración. Pero una colaboración real. Es evidente que ninguna organización o entidad por sí misma va a poder llegar a generar grandes cambios en la sociedad. Muchas tenemos qué aportar, pero es juntas la única manera para abordar los grades retos sociales a los que nos enfrentamos. Y la administración pública debe estar entre ellas. Es el único camino para cambiar realmente las cosas a nivel estructural y de manera sostenible.
Y deben existir apoyos (fundamentalmente económicos) con una intención clara de conseguir cambios a largo plazo. De nada sirven ayudas puntuales, o meros reconocimientos a un proyecto, si todo ello no viene respaldado por una fuente de apoyo duradera y bajo criterios reales de impacto. Si queremos cambios sistémicos, e IMPACTO social, el largo plazo, y la paciencia de la ayuda, son fundamentales.
«La clave para el cambio sistémico es la colaboración real»
En vuestra trayectoria, la colaboración entre entidades públicas y privadas ha debido ser un pilar clave, no?
La realidad es que, a lo largo de estos años, no hemos tenido muchas experiencias de colaboración con entidades públicas. Claro que es la colaboración ideal, pero no es la que más se da, al menos con el tipo de proyectos en los que desde ITWILLBE trabajamos.
Si las soluciones tecnológicas y/o proyectos de innovación que desarrollamos se promocionaran desde instituciones públicas, o incluso llegaran a usarse por su parte (en España y en los países en los que trabajamos), sin duda el impacto generado sería tan grande que sí podríamos hablar de cambios sistémicos reales.
«Si las soluciones tecnológicas se promocionaran desde las instituciones públicas, el impacto generado sería tan grande que sí que podríamos hablar de cambio sistémico real»
¿Cuáles son los principales desafíos al trabajar en este tipo de alianzas?
Creo que el principal desafío está en hacer primar el objetivo común frente a los egos individuales. En mi opinión, no todas las entidades estamos dispuestas a colaboraciones y alianzas igualitarias. Esto implica poner en valor lo que cada entidad aporta, su expertise, su conocimiento, y aprovecharlo desde el reconocimiento y la transparencia para un bien común.
Han pasado cinco años desde que participasteis en B-Value que este año inicia su 9ª edición. ¿Cómo ha evolucionado ITWILLBE desde vuestro paso por el programa hasta convertirse en un referente en innovación social?
La verdad es que han sido cinco años muy intensos y, sobre todo, años clave para la organización. Han sido durante los cuales hemos terminado de reenfocar nuestro trabajo y nuestro propósito hacía proyectos de impacto a través de la innovación social. No ha sido un camino fácil, hemos tenido que dejar atrás proyectos, iniciativas o personas con mucha pena, pero siendo conscientes de hacia dónde tenía que ir nuestra ayuda.
Fruto de esta evolución está el tener claro que desviarnos de nuestra misión no es una opción; que existiremos como organización hasta que dejemos de ser útiles o de aportar un valor real. Y perder ese miedo a desaparecer en un momento dado nos permite ser más libres y más exigentes con los proyectos en los que trabajamos y con el tipo de alianzas que buscamos.
«Perder el miedo a desaparecer nos permite ser más libres y más exigentes con los proyectos en los que trabajamos»
Programas como B-Value tienen como objetivo profesionalizar y dar sostenibilidad a las entidades sociales. Desde vuestra perspectiva, ¿qué importancia tienen este tipo de iniciativas para fortalecer el sector social a largo plazo y qué consejos daríais a otras organizaciones que estén empezando un proceso similar?
Iniciativas como esta son muy necesarias para el sector, iniciativas que apuesten por proyectos en sus inicios o incluso por solo ideas. Apoyar proyectos que ya estén generando un impacto medible es importante, pero hacerlo a proyectos embrionarios con potencial es lo más necesario. Necesitan de ese impulso y esa ayuda para poder hacerlos realidad. Lo que sí creo también es que este tipo de programas deben ofrecer una ayuda más a largo plazo, hacia lograr la verdadera sostenibilidad del proyecto. Es lo que desde el sector echamos en falta y lo que el mismo necesita, si no estaremos impulsando a entidades con buenas iniciativas o proyectos, pero con fecha de caducidad.