El rápido despliegue de la ayuda internacional llevada a cabo por las ONGs en la emergencia de Ucrania ha tenido un aliado inesperado. En el desplazamiento de los refugiados, la asistencia a las personas y la distribución de alimentos no solo han intervenido las agencias internacionales y las ONGs, también han sido muchas startups las que han dedicado sus herramientas y recursos para contribuir a resolver problemas relevantes de la crisis en Ucrania. Analizamos su papel y nos preguntamos cuál podría ser su relevancia en estas situaciones en el futuro.
La crisis humanitaria en cifras. Millones de desplazados necesitan ayuda.
Según cifras de ACNUR, 7,7 millones de personas permanecen desplazadas dentro del país, mientras que 5,3 millones han huido a otros países como Polonia, Rumanía o Moldavia. Del mismo modo, 13 millones de personas dentro de sus fronteras podrían necesitar también ayuda humanitaria. Unas cifras que advierte la ONU que podrían ir a más. La intervención de las ONGs internacionales como Cruz Roja, ACNUR o Save The Children ha sido vital, una vez más, para la rápida asistencia a las personas afectadas, tanto en el país como fuera de sus fronteras.
La mayoría de los desplazados son mujeres con niños y personas de edad avanzada, así como menores no acompañados quienes dejan sus familias y hogares huyendo de la guerra. Atrás quedan también personas vulnerables como aquellas dependientes, con discapacidad u otras circunstancias que dificultan su desplazamiento.
En la situación que atraviesa actualmente Ucrania se hace necesario un apoyo en el terreno que ofrezca asistencia alimentaria y sanitaria que cubra las necesidades más básicas y urgentes de la población, sobre todo de los más vulnerables. Un papel vital que ejercen las ONGs internacionales coordinadas con sus contrapartes -trabajadores humanitarios locales- con un mayor conocimiento sobre el terreno. Sostenerles depende en buena parte de la solidaridad de personas de todo el mundo que apoyan su trabajo principalmente de manera económica. Así ha sido en la mayoría de crisis, conflictos y guerras de los últimos 50 años. Hasta ahora, cuando nuevas formas y vehículos de ayuda han comenzado a tener un rol destacado.
«Llevo casi 40 años trabajando en crisis de refugiados y pocas veces he visto un éxodo tan increíblemente rápido de personas»
La respuesta internacional y las nuevas formas de ayudar
La reacción internacional ha sido increíblemente rápida y sin precedentes ante esta situación. La celeridad con la que han intervenido las agencias y las ONGs desde el 24 de febrero, así como el desplazamiento de personas fuera de sus fronteras ha sorprendido incluso a los más expertos. Según palabras del propio Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados: «Llevo casi 40 años trabajando en crisis de refugiados y pocas veces he visto un éxodo tan increíblemente rápido de personas”.
Una afirmación con la que coincide Antoni Pérez Francés, director de Save the Children Catalunya, con quien hemos hablado sobre la movilización de la ayuda a Ucrania, la recogida de fondos y el papel de Save the Children en el terreno. “La situación en Ucrania ha levantado la mayor ola de solidaridad que se recuerda. En esta ocasión Save The Children ha logrado reunir 130 millones de euros a nivel global en tan solo 45 días de conflicto. De ellos, más de 4 millones de euros provienen de España y, en concreto, en Catalunya se recogieron casi 1 millón.”
Acerca de la distribución de la donación, continúa explicando Antoni Pérez: “De los 130 millones de euros recogidos, aproximadamente la mitad se ha destinado a la ayuda fuera de Ucrania, a los países que más absorben a sus refugiados como Rumanía, Polonia y Lituania. El resto se destina a la ayuda dentro de sus fronteras, donde Save the Children ya estaba presente desde la anexión de Crimea en 2014. Contamos allí con un equipo de 25 personas que ya habían trabajado con 300.000 niños y niñas, a través de nuestros programas de de educación y protección a la infancia. Ahora, sus principales funciones serán distribuir ayudas económicas para ayudar en la cesta de la compra de las familias, kits de trauma específicos para conflictos y alimentación de emergencia.”
«También es cierto que funcionan bastante bien otros vehículos basados en la tecnología para gestionar la solidaridad popular de manera más eficiente y ágil, por ejemplo, el redondeo solidario de Worldcoo.»
Respecto al origen de la ayuda, comenta el director de Save The Children Catalunya: “Hemos tenido muchísimas donaciones de socios y de gente que entra directamente en nuestra web porque quiere ayudar y hace su aportación, casi siempre fidelizándose. También han llegado grandes donaciones desde familias que ni siquiera han pedido contraprestación. También es cierto que funcionan bastante bien otros vehículos basados en la tecnología para gestionar la solidaridad popular de manera más eficiente y ágil, por ejemplo, el redondeo solidario de Worldcoo. Esta startup que ofrece a los clientes de un establecimiento redondear su compra haciendo una donación directa a una ONG a través del pago con TPV. Lo hemos usado ya en bastantes campañas y los resultados siempre han sido muy positivos.”
A este respecto nos comenta Anna Moragas, responsable de comunicación de Worldcoo: «Uno de los objetivos desde Worldcoo es poder dar respuesta inmediata cuando suceden emergencias humanitarias como la que, desgraciadamente se está produciendo en Ucrania. Desde el inicio del conflicto armado, hemos colaborado con diversas entidades sociales que están prestando ayuda en el territorio a través de los diferentes canales de recaudación de Worldcoo, como son el redondeo solidario o los portales de donación online. Tal y como hemos visto en otras ocasiones, hemos vuelto a vivir un alud de solidaridad de la población, especialmente durante los primeros días de conflicto. Esto ha hecho que, a diferencia de otros proyectos, la el objetivo se haya conseguido más rápidamente y sin necesidad de tanta comunicación.”
Pero no es esta la única propuesta innovadora usada por Save the Children para movilizar la ayuda. En este caso ya no no se trata de una startup basada en la teconología sino del gigante del e-commerce Amazon, quien no solo ha activado la posibilidad de realizar donaciones directas a Unicef y a Save the Children, además, permite hacer compras directas del material específico que se necesita la ONG en el terreno como pañales, calcetines o artículos de higiene. “De esta manera, es posible hacer una donación muy directa de material -comenta Antoni Pérez. Seleccionas en Amazon lo que quieres donar del listado de cosas que se necesitan y sabes que será exactamente eso lo que llegará. La plataforma es fiable para ti como usuario, sabes exactamente lo que aportas y nosotros nos aseguramos de que sea exactamente lo que se necesita. De esta manera, si compras unos calcetines para los niños acogidos en Varsovia, sabes que llegará a Varsovia. De esta manera la ayuda es más eficiente y además tiene menos huella ecológica que si mandas material en caravanas solidarias.”
“Por otra parte – continúa Antoni Pérez- de todo lo que hemos realizado hasta ahora, lo más sorprendente ha sido las colaboraciones con youtubers y streamers. De hecho, con el conocido TheGrefg, quien el año antes de pandemia recaudó en una hora de streaming 120.000 dólares. Anteriormente, Ibai Llanos logró reunir 100.000 euros en una jornada de streamers y gamers en Bilbao.”
Parece evidente que las ONGs no ignoran la importancia de comunicarse por los mismos canales y lenguaje que usan sus donantes y están muy atentas a la innovar para facilitar la movilización y la acción con herramientas innovadoras y disruptivas. En todo este panorama las startups pueden tener mucho que aportar. De hecho, han jugado un papel relevante en la gestión de la ayuda en Ucrania.
El ecosistema emprendedor se vuelca con Ucrania
Muchas startups han prestado su ayuda para apoyar a las víctimas del conflicto dentro y fuera de Ucrania, tanto con sus servicios como con donaciones y ayuda a sus empleados en el país. Glovo, Uber y Trucksters, entre otras, están facilitando el transporte de alimentos y artículos de primera necesidad. Ayuda en el terreno, gestionar la movilidad y facilitar la reubicación de las personas suelen ser sus focos principales, coordinadas en la mayoría de las ocasiones con ONGs como Cruz Roja.
«El perfil emprendedor tiene una personalidad asociada que te lleva a actuar, a buscar soluciones.»
En otros casos, la ayuda se ha iniciado desde un foco más personal, como es el caso de los emprendedores de la startup Rosita, enfocada a la longevidad saludable. Sus fundadores Clara Fernández y Juan Cartagena, se pusieron en contacto con un amigo del país para ofrecerle su ayuda al principio del conflicto. Unos días más tarde, habían logrado trasladar a Valencia a 30 mujeres y niños para reubicarles en el Balneario de Cofrentes. Acerca de si el hecho de liderar una startup favorece pasar a la acción en este tipo de situaciones donde la ayuda debe realizarse rápidamente y con los recursos existentes, Juan Cartagena, nos explica: «el perfil emprendedor tiene una personalidad asociada que te lleva a actuar, a buscar soluciones. Pero en nuestro caso el motor fue principalmente que existía un vínculo con alguien de allí y que teníamos el espacio para alojar.”
En muy pocos días el balneario adaptó algunas instalaciones para dar la acogida adecuada a sus nuevos habitantes. “Se creó una sala de escuela -nos explica Juan Cartagena. En los primeros días recibimos muchísima ayuda privada, la gente se volcó con aportaciones económicas y donaciones de ropa. También hemos recibido apoyo por parte del ecosistema de startups como la escuela de Barcelona Learnlife, que aportó material escolar y de la app para aprender inglés LingoKids, que donó las tabletas para que los niños pudieran tener acceso a la escuela online.
“Los primeros días son fundamentales -continúa Cartagena. Nosotros recurrimos al crowdfunding y lanzamos una campaña en Gofundme que difundimos a través de LinkedIn y Twitter y también se hizo eco la prensa local valenciana. Las expectativas se superaron y sobrepasamos nuestro objetivo. Llegamos a los 15.000 euros, que cubrieron los costes iniciales y el primer mes. Ahora los niños van a la escuela del pueblo y hemos podido emplear a algunas madres pero, además de poder compensar los gastos que supone, necesitaríamos apoyo institucional no solo para nosotros, también para las familias que tienen a una o dos personas acogidas.”
Respecto a lo aprendido y si cambiaría algo de lo que han hecho, comenta Juan Cartagena: “Seguramente no cambiaría nada. La incertidumbre es la que había. Sabíamos que podría ser caso pero son momentos de vida. Ahora, después de esta experiencia, quizás te ves más capaz de ayudar y ya sabes lo que puedes hacer y lo que no. Por otro lado, si las pandemias futuras es posible se puedan gestionar mejor porque tendremos más protocolos, quizás en el futuro podamos mejorar en otros aspectos, como la acogida a los refugiados.”
Por el futuro
No solo el conflicto de Ucrania sigue abierto, también Yemen, Siria o Afganistán siguen activos. Por otro lado, los retos que nos planteará la crisis climática, con sequías, hambrunas y desplazamiento de población parecen cada vez más cercanos. Ante esto, la cooperación entre ONGs, agencias internacionales, gobiernos y startups parece una buena oportunidad para buscar soluciones innovadoras para estos y otros desafíos que se nos plantean.
Unos retos a los que no solo pueden responder las startups de impacto, también las de cualquier sector pueden aportar tanto sus tecnologías, equipos humanos y o bien con conocimientos transversales y disruptivos. Y es que, si el mundo necesita que le demos una vuelta, pensemos en las posibilidades que puede ofrecernos innovación abierta.
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Nuestra misión es impulsar la Economía de Impacto, un modelo económico donde el fin principal ya no es solo maximizar la rentabilidad económica, sino también el impacto social y medioambiental.